- Aporta compuestos con acción antioxidante
Tras el análisis de diferentes variedades de tomate de árbol, los autores de este estudio publicado en Antioxidants señalan que en este fruto se encuentran tanto antocianidinas como polifenoles. Ambos han demostrado ejercer una propiedad antioxidante en el organismo.
Dichos compuestos tienen la capacidad de proteger el organismo frente a la acción nociva de los radicales libres. Como se puede leer en esta publicación del Clinical Interventions in Aging, cuando no se pueden contrarrestar aparece un fenómeno conocido como estrés oxidativo.
Como consecuencia, las células y tejidos corporales pueden sufrir daños y estos se relacionan con el envejecimiento prematuro y la aparición de enfermedades (algunos tipos de cáncer, patologías cardiovasculares o problemas neurodegenerativos).
- Puede ayudar a disminuir la presión arterial
El sodio y el potasio son dos electrolitos necesarios para un correcto funcionamiento del organismo, sobre todo en referencia al sistema cardiovascular. Sus actividades están relacionadas, pero ejercen funciones diferentes.
En este caso, la alta cantidad de potasio y el poco sodio que contiene el tomate de árbol pueden juegar a favor de una tensión arterial normal.
Como se puede leer en el portal de salud de la Escuela de Harvard, una ingesta suficiente de potasio ayuda a relajar las paredes arteriales, facilita la circulación y la eliminación de sodio a través de los riñones.
Visto esto, el consejo de sus expertos es añadir en la alimentación habitual más frutas y verduras, ya que en general, son alimentos con más potasio que sodio.
- Contribuye a la salud cardiovascular
Entre los beneficios más notorios del tomate de árbol hay que subrayar la protección cardiovascular. Son varios los factores que influyen a su favor, incluida la propiedad de modular la presión arterial que acabamos de ver.
Por un lado, el color rojo anaranjado de tomatillo delata la presencia del pigmento caroteno. Como apuntan los autores de este estudio aparecido en Food and Nutrition Research, este desempeña una acción antioxidante y antiinflamatoria.
Por este motivo, puede ayudar a controlar algunos factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión arterial, la obesidad, la resistencia a la insulina o el colesterol elevado.
Además, la fibra que contiene ejerce acciones parecidas. Tal y como indican los expertos de la Escuela de Salud Pública de Harvard, las personas que incluyen más fibra en su dieta son menos propensas a sufrir problemas como el derrame cerebral y las enfermedades cardíacas.
- Puede ayudar a mantener la piel sana
El tamarillo contiene algunos nutrientes que se han reconocido como beneficiosos para el mantenimiento de una piel cuidada, protegida e hidratada.
Como se puede leer en una publicación de la revista Dermato and Endocrinology, se trata en concreto de la vitamina C y la A. Estas desempeñan diferentes funciones al respecto:
- La vitamina C estimula la síntesis de colágeno(una proteína que forma parte de la estructura de la piel) y ejerce un papel antioxidante protector de la radiación UVB.
- La vitamina A es una sustancia requerida para mantener la integridad de las mucosas y la piel. Del mismo modo, ayuda a mantener el tono (evita la despigmentación), da firmeza, elasticidad y participa en la cicatrización de las heridas.
Otro de los beneficios del tomate de árbol tiene que ver con el rol de la vitamina A para el desarrollo de una visión normal.
Como hemos visto, el tomatillo contiene betacarotenos. Como indican los expertos del National Institutes of Health, el cuerpo humano tiene la capacidad de transformar algunos de estos en vitamina A.
Según apuntan los especialistas de la American Optometric Association, dicho nutriente es beneficioso para un funcionamiento saludable de la superficie del ojo y también para la formación del fotorreceptor rodopsina.
Este último es de especial interés en lo que respecta a la visión nocturna, pues permite que los ojos puedan ver en condiciones de poca luz.
Además, algunos expertos creen que el retinol puede estar implicado también en la aparición de la miopía, aunque por el momento se requiere más investigación para corroborar la posible relación causal.
· Ayuda al sistema digestivo
El tomate de árbol contiene una interesante cantidad de fibra. Como indican desde la Clinica Mayo, esta tiene una función reconocida en la prevención y mejora del estreñimiento.
La fibra dietética aumenta el volumen y suaviza la consistencia de las heces. Asimismo, normaliza los movimientos intestinales y disminuye el riesgo de padecer hemorroides y divertículos.
Puede favorecer la prevención de la obesidad
Los beneficios del tomate de árbol en relación con el peso corporal son múltiples y se presentan a diferentes niveles.
Por un lado, como sugieren los autores de este estudio publicado en Current Opinion in Clinical Nutrition and Metabolic Care, la fibra aumenta la sensación de saciedad y puede ayudar a reducir la ingesta en las siguientes comidas.
Asimismo, las frutas y verduras suelen tener una densidad calórica baja, por lo que se pueden introducir en la dieta con pocas restricciones.
Por último, en dicho artículo también se subraya la capacidad de la fibra para mejorar otros desórdenes relacionados con la obesidad, como son el colesterol y los triglicéridos altos.
· Contribuye a regular la glucosa en sangre
De nuevo, es la fibra una las responsables de esta propiedad, ya que es un nutriente importante en la prevención y el manejo de la diabetes. Así lo apuntan los expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
Asimismo, en un estudio llevado a cabo en Ecuador (y publicado en los Archivos Latinoamericanos de Nutrición), se observaron los efectos positivos de la ingesta de zumo de tomate de árbol (durante seis semanas) en la modulación de los niveles de azúcar sanguíneos.
· Ofrece soporte al sistema inmunitario
Como se puede leer en este artículo de la revista Nutrients, entre las actividades de la vitamina C se encuentra el apoyo a distintas acciones de las células del sistema inmune (linfocitos, macrófagos, neutrófilos, etc.).
Asimismo, apoya la función de barrera de la piel frente a la entrada de patógenos y protege el organismo de los radicales libres (que son oxidantes).
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